viernes, 9 de noviembre de 2012

Entrevista a Ángela Bonadies y Juan José Olavarría
Por E.A.

Bonadies & Olavarría

¿Por qué decidieron hacer la investigación de la Torre David, desde el principio habían considerado que esto se convirtiera en un proyecto con tan largo aliento?


Primero que nada, nos parece importante hablar de “la torre de David”, como se le llama. Torre David ha sido una contracción extraña que han usado los que la presentaron en Venecia, supongo que para desmarcarse de nuestro proyecto.

Cada uno, en nuestros trabajos personales, hemos hablado sobre la memoria, los usos del archivo y la historia. En un momento decidimos unir esfuerzos para hacer un trabajo en común y buscamos un objeto de estudio que representara, en varios niveles, lo que nos moviliza. Detectamos el Centro Financiero Confinanzas (llamado coloquialmente la torre de David) como una metáfora de país que revela los últimos treinta años de historia política y social venezolana. En ella podemos ver las promesas incumplidas, el populismo que nos asfixia, la convivencia de estructuras, el caudillismo o caciquismo que impera en las organizaciones venezolanas, la necesidad. Representa para nosotros también la ruptura con dos modelos: el moderno y el modernizador. Plantea y evidencia fallos y conflictos a todo nivel: deja al descubierto la incompetencia política y se presenta como una radiografía de nuestra economía por décadas, del boom bursátil y las promesas desde el capital, pasando por las crisis bancarias, hasta llegar a las promesas discursivas desde el gobierno revolucionario. Es decir, la torre representa una yuxtaposición de ruinas, una empinada construcción que podría verse como el amontonamiento de todos los cheques sin fondo de la política venezolana. Eso sí, como lo ha demostrado la gente de Urban ThinkTank, se pueden cobrar unos cuantos cheques jugosos vendiendo “humo” y traficando de manera corporativista con la miseria y los conflictos, como bien señalan Matías y Mateo Pintó en su texto sobre el premio en la Bienal de Venecia. La ética, por desgracia, no es lo que más vende.

En el momento en que empezamos el trabajo, hace tres años, nos dimos cuenta que había mucho que discutir y reflexionar, en diversas direcciones. Después la torre se diluyó en otra investigación: la creación de una nueva cartografía urbana a partir de las invasiones, expropiaciones, refugios y tomas que se repiten en todo el país, aunque nos centramos en Caracas.




Bonadies & Olavarría
Mi experiencia para lograr entrar a la torre fue muy compleja (quizás por el medio de comunicación al que represento), en su caso, ¿cómo los recibieron los habitantes del edificio? Tuvieron problemas para conseguir la información o desde el principio ellos se mostraron dispuestos a colaborar?

Nosotros primero analizamos la torre por fuera, durante mucho tiempo. Vimos fotos que se iban publicando en los periódicos. Consultamos hemerotecas y trabajos excelentes de reporteros gráficos. Luego entramos, primero con el amigo y periodista Albinson Linares y luego solos. Siempre la gente se mostró amable. Pero no queríamos ser invasivos. Queríamos ver y analizar lo que allí sucedía. Hablar de la organización, ver la morfología, entender la convivencia de la gente y las estructuras. Tomamos muchas fotos, pero sin ser imprudentes. Solo tomamos fotos a las personas que querían, con quienes hablamos. No hicimos un trabajo de puesta en escena. Sin lugar a dudas la torre, en el sentido más banal, es “fotogénica”, por lo raro que puede resultar la convivencia de una estructura pesada y rica de concreto y vidrio con las nuevas estructuras de bloques de arcilla y telas divisorias, por ejemplo. Sin duda es violento que lo que te separa del vacío es una cortina o un pequeño muro, es violenta la imagen de una escalera sin barandas. También es violento el problema sanitario, sobre todo para la gente que allí vive y circunda la torre. Y violento es el tema jerárquico y de poder.

Luego, decidimos no ir más, para no caer en el peligroso terreno del turismo y de la explotación visual. Seguimos con nuestro trabajo, de manera reflexiva. Nos interesa propiciar discusiones y llegar a la raíz del problema. Poner en manos de todos el tema urbano y, como no podemos resolverlo, discutirlo y propiciar que esa discusión se transforme en acciones, en mejorar la vida de los venezolanos, que es tan dura.


Bonadies & Olavarría

¿Qué tanto de esa convivencia ha quedado reflejada en su investigación?

Creo que las imágenes son francas, muestran con quiénes nos reunimos, con quiénes hablamos. Pero nosotros no estábamos haciendo un trabajo de convivencia, sino de análisis. Nos interesa cómo de alguna manera “la torre” es la representación de nuestro país que, como decía Cabrujas, tiene mucho de campamento. No vendemos soluciones ni somos trabajadores sociales, somos artistas. Es un acercamiento casi científico. La gente con la que conversamos nos ayudó mucho.


Algunos de los habitantes de la torre opinan que "su maldición" es su ubicación, que de encontrarse en un sitio menos céntrico no habrían despertado tanto interés. Qué piensan ustedes al respecto.

Creo que más que la ubicación, que es francamente buena, la “maldición” por la que han despertado interés es por lo evidente: un rascacielos imponente que se transforma en la vivienda de miles de personas y que se evidencia en su fachada. No es un misterio. Es una invasión más, pero sin duda su espectacularidad la hace más llamativa y emblemática. Por eso es la metáfora del país, “pobre país rico”.


Lo que sucede en la torre, despierta el interés de personas alrededor del mundo, ¿a qué creen que obedece tal fascinación?

Podríamos empezar por lo que apuntamos en nuestra respuesta anterior. También, creemos que se debe a una especie de turismo antropológico del que mucha gente del primer mundo participa y a la búsqueda de emociones visuales fuertes por parte de los habitantes del ordenado mundo desarrollado. Cierta pasión por el safari y las exóticas observaciones de la manada a través del telescopio. Seguramente se hará alguna película de la “vibrante comunidad” –citando a UTT- con Danny Glover y Sean Penn como protagonistas, dirigida por... Oliver Stone. Que preparen el Oscar que el tema tiene público y taquilla.


Bonadies & Olavarría


En el tiempo qué han estado investigando la torre, qué es lo que han visto que más los ha sorprendido?

La adaptación del venezolano al campamento y el desconocimiento de lo que significa “ciudad”. Y también la dependencia de una figura paterna o paternalista. La sociedad venezolana ha sido levantada y educada por el matriarcado y conducida y reprimida por “un padre”.


En uno de los textos que me enviaron, señalan que lo que sucede en la torre representa “la falta de sincronía entre los hechos y las palabras”, ¿se refieren a la falta de acción gubernamental para resolver el tema de las invasiones?

Totalmente. Como dice un chiste de la época del bloque soviético que en un texto citó Juan Goytisolo: un impresionista pinta lo que ve, un expresionista lo que siente, un realista socialista lo que oye. Mucho ruido y pocas nueces.


Lo que sucede en el caso de la Torre David evidencia la carencia de políticas públicas en el tema de la vivienda, ¿cómo lograron combinar un tema tan social con el arte?

Porque venimos del terreno del arte y todo lo que hacemos lo haremos con nuestro lenguaje y a través de los procesos que manejamos. Pero nos interesa mezclar disciplinas y sacar el arte de cierto ensimismamiento, como lo hacen otros artistas. Como bien dijo Wislawa Szymborska en su poema Hijos de la época, “somos hijos de nuestra época y nuestra época es política.”


Bonadies & Olavarría

¿Consideran que el edificio, con todo y sus bemoles, se ha convertido en un icono de la Caracas actual?

Precisamente por sus bemoles representa un ícono de la Venezuela actual, como apuntamos antes.


La mayoría de las críticas a la propuesta que mostró UrbanThinkTank en la Bienal, consideran que la propuesta Torre David: Gran Horizonte, banaliza el tema de las invasiones y el drama de la carencia de viviendas que hay en el país, ¿por qué creen que existe esa visión sobre la propuesta?.

Porque es así. Es una puesta en escena frívola, tonta –pero lista-, populista. En realidad no habla de nada. Monta una arepera, vende comida y franelas, y pone fotos de la torre de David. ¿Qué tipo de profundidad hay en eso? ¿Qué se está premiando? ¿La comida criolla, las fotos, el show-tópico al son de salsa brava? Sin duda, mercadeo y espectáculo puro y duro para algunos señores europeos y su aburrimiento. Como dijimos: turismo-safari. Otra imagen interesante es pensar que premiaron a La Malinche, la traductora que prestaba su voz a los españoles en los tiempos de la conquista. Pero no hay nada de inocencia en ello. Esta gente son traductores sin ética. No hay ni un milímetro de profundidad ni en el planteamiento ni en el veredicto del premio.



¿Es posible mejorar las condiciones del edificio? ¿Cercar los precipicios? ¿Instalar los ascensores? ¿O las intervenciones que han realizado lo impiden?

Lo primero es hacer un estudio profundo para saber si el edificio es apto para viviendas. Sin duda habría que solucionar la situación sanitaria, que es una bomba de tiempo para los residentes y los vecinos. Y trabajar a todo nivel, un equipo consciente. No se trata de poner ascensores, se trata de un estudio de contexto, donde no solo deben trabajar arquitectos e ingenieros. Un equipo de gente que ha trabajado en temas similares, consultarle a profesionales dedicados como Josefina Baldó, Federico Villanueva, Teolinda Bolívar, eso es lo importante. Gente dedicada a hacer, como dice la carta de los Pintó, su trabajo en silencio, sin prisa pero sin pausa, y formar equipos.


Bonadies & Olavarría


¿Sería posible que la torre retomara su utilidad original y se convirtiera en un centro empresarial?

Nos parece que hay que pensarlo desde su situación actual. Primero resolver, indagar y trabajar con lo existente. En base a ese estudio profundo, plantear soluciones.


¿Fue necesaria la Bienal de Arquitectura para que se discutiera sobre este tema?

No, el tema lleva muchos años en las páginas de los periódicos. Periodistas y reporteros gráficos han hecho su trabajo. Desde la academia se ha hablado y discutido. Creo que la bienal alborotó el tema y que hay instituciones que no se habían pronunciado y ahora lo hacen. Nosotros llevamos años hablando de esto, expusimos en varios países y en Venezuela, publicamos en las revistas Domus, Arqa, Polis, Architecture in Development, hicimos un primer mapa con invasiones y una exposición en el Centro Cultural Chacao y fuimos invitados por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo para dar un curso junto al extraordinario artista español Antoni Muntadas. Reflexionar sobre un tema no es montar un espectáculo ni aparecer en todos los medios, es un proceso que lleva tiempo para tratar de involucrar a la gente y hablar de la ciudad en la que vivimos, con sus heridas y contrastes, sus posibilidades y salidas.

Sin duda, queda siempre el problema político, que es una especie de brecha que hay que superar para poder acceder a los edificios invadidos.


Los vecinos de la Candelaria denuncian que esta torre es un foco de inseguridad para la zona, ¿Durante el tiempo que ustedes estuvieron allí encontraron evidencia de que esto efectivamente es así?

Hemos escuchado a los vecinos y a los habitantes, pero no buscamos ni encontramos evidencia. Nuestro trabajo iba hacia otros intereses. Nuestra ciudad es una de las más violentas del mundo, no creo que se salve ni una urbanización, ni un parque, ni una torre. Es una de las enfermedades endémicas que nos castiga y a la que hay que buscar remedio. También sufrimos de “progeria”, enfermedad que lleva a un envejecimiento precoz, a la creación constante de ruinas jóvenes. Somos un joven país envejecido.


Bonadies & Olavarría 

En qué se diferencian las exposiciones que ustedes realizan mostrando imágenes de la torre, al trabajo llevado por UrbanTinkThank a la Bienal de Arquitectura.


El punto de vista es totalmente diferente. UTT monta una puesta en escena publicitaria y superficial, monta un kiosko con comida y fotos de la torre y no habla de nada ni propone nada. No es un punto de partida para ninguna discusión, es un punto de llegada para obtener un premio. Es la escena final del teatro del oportunismo. Sólo hay un punto coincidente y es probablemente la aparición de nuestro trabajo en la revista Domus en abril del 2011, punto de partida de los UTT para ver allí un tema a explotar, un elefante en la mira telescópica y lejana. Nosotros seguimos en nuestra discusión y nos interesa hablar sobre el terreno fangoso en el que está apoyado el elefante blanco.

lunes, 5 de noviembre de 2012

"La Torre Confinanzas suma los cheques sin fondo de la política venezolana"


Fachada de la Torre Confinanzas, conocida como Torre de David, ubicada en la avenida Andrés Bello, Caracas | Leonardo Guzmán
Fachada de la Torre Confinanzas, conocida como Torre de David, ubicada en la avenida Andrés Bello, Caracas | Leonardo Guzmán
Ángela Bonadies y Juan José Olavarría documentan desde hace tres años el devenir del rascacielos

Una ciudad que presume de ser moderna, cuenta entre sus espacios con múltiples invasiones y edificios inconclusos.
En un punto de Caracas ambas condiciones se unen de manera monumental, tal y como pretendía ser la obra original: el Centro Financiero Confinanzas, tercer edificio más alto de Venezuela por detrás de las torres de Parque Central­, proyectado para ser la sede de importantes grupos financieros y, actualmente, inconcluso.

En opinión de Ángela Bonadies, artista que desde hace tres años documenta junto con Juan José Olavarría el devenir del edificio, "la torre representa una yuxtaposición de ruinas, una empinada construcción que podría verse como el amontonamiento de todos los cheques sin fondo de la política venezolana".

La documentación de la Torre Confinanzas comenzó con un tanteo: primero desde fuera, luego entraron con un periodista y después solos. Cuidadosos de no ser invasivos, tomaron muchas fotos, pero sólo a quienes lo permitían y con quienes habían conversado.

Finalmente, decidieron no ir más para evitar convertirse en turistas del concreto y asumir una postura más reflexiva.

La torre terminó siendo para ellos una metáfora del país. "En ella podemos ver las promesas incumplidas, el populismo que nos asfixia, la convivencia de estructuras, el caudillismo que impera en las organizaciones venezolanas, la necesidad".

Bonadies es enfática al decir que su trabajo es casi científico: "Nos interesa plantear discusiones y llegar a la raíz del problema. Poner en manos de todos el tema urbano y, como no podemos resolverlo, discutirlo y propiciar acciones para mejorar la vida de los venezolanos, que es tan dura.No vendemos soluciones ni somos trabajadores sociales, somos artistas".

Nueva cartografía. "El asunto no es nuevo", subraya. Pero la posibilidad de que la torre retome su función original o reestructurarla para que mejore la calidad de vida de sus habitantes actuales sigue siendo una materia pendiente.

"Hay que hacer un estudio profundo para saber si el edificio es apto para viviendas y solucionar la situación sanitaria, que es una bomba de tiempo para los residentes y vecinos.

No se trata de poner ascensores; se trata de un estudio de contexto, en el cual no sólo deben trabajar arquitectos e ingenieros", agrega Bonadies.

El trabajo les hizo darse cuenta de que se trata de un fenómeno que trasciende el edificio.

Se imbuyeron en el desarrollo de una investigación que les ha permitido crear un nuevo mapa de Caracas, diseñado sobre las invasiones, expropiaciones y refugios que se multiplican en la geografía de la capital.

Sobre las acusaciones de que Confinanzas se ha convertido en un centro para el delito, dicen no tener pruebas: "No buscamos ni encontramos evidencia. Nuestra ciudad es una de las más violentas del mundo, no se salva una urbanización, ni un parque ni una torre. Es una de las enfermedades endémicas que nos castiga y que debe remediarse. También sufrimos de progeria, enfermedad que lleva a un envejecimiento precoz, a la creación constante de ruinas jóvenes. Somos un joven país envejecido", concluye.

viernes, 21 de septiembre de 2012

GOLDEN LIAR Roaring Lie


By Matías & Mateo Pintó
Architects


In regards to the recently awarded prize to the Urban Think Tank at the Venice Biennial, numberless articles, blogs and letters in Venezuela comment and condemn their cynic view point that simplifies, banalizes and sensationalizes the subject of poverty and marginalization. They object to the fact that this is even apprised and celebrated. We will not even tag this work as polemic, since this will attribute level and seriousness to it. That prize is simply a bad joke.

In Venezuela we actually denounce and alert from multiple sources the impunity with which the Urban Think Tank has been consistently steeling and misusing real and serious work that belong to others.  This group has invaded spaces, projects and ideas achieved by others packaging it as its own to establish themselves, running over talented and noble people, taking shortcuts to avoid doing any work and just selling smoke.  An evil formula that has endorsed them cleverly a spot in the global scene that unfortunately buys smoke either by equal wickedness or by rampant stupidity.

The characters in question are probably excited with such a temporary popularity but we trust that the number of voices now pointing at them will finally put them in evidence internationally as they so like it. They will likely defend themselves claiming that they have activated a debate. But we want to bring to that same debate what many fail to mention.

We attempt to briefly summarize the main facts of our own story, a story more than 10 years long that does not fit in so few lines and truly wears us off personally. These facts backup the immense and collective rejection towards the Urban Think Tank in defense of all the affected and finally make justice.

About the Community House (La Vega, Caracas, Venezuela)

In 2001 the Project of the Community House of La Vega was awarded on the Socio-Cultural category at the X Architecture Biennial in Caracas, Venezuela. This project materialized after several years of working with Architects and Urban Designers Federico Villanueva and Josefina Baldo responsible of the creation and implementation of the master plan for the Urban Renewal and Upgrading Program for the Shantytowns in Caracas while in charge of CONAVI the National Housing Authority of Venezuela.

Departing from a meticulous observation of the unique solutions on improvised and informal buildings of collective use where the scarce available space is multiplied by growing in height, the Community House of La Vega established a typology and shaped a solid posture to overcome similar problems.

During those years we explored and defined novel architectural solutions fed by the deep knowledge of the most experienced “barriologos” or shantytown experts.  Pedestrian connectors, housing solutions on steep slants and buildings integrated to the new street mapping sought to become adaptable systems able to adjust to any urban intervention of the Urban Renewal and Upgrading Program for the Shantytowns.

After only two years the Urban Upgrading Program is interrupted.  The paradox on how Politics allow the abandonment and destruction of all that is on the right path.  An estimate of two hundred and fifty projects where frozen amidst an explosion of National competitions. For those of us who took part of the originating efforts it meant above all the inability to realize at least in only one case the validity of all that projected with such determination.

About the Vertical Gymnasium (Chacao, Caracas, Venezuela)

In 2001 Hubert Klumpner, had just arrived to Caracas. Having close friends in common he finds his way to us demonstrating great interest in the work we had been developing in the Shantytowns and suggests we make a joint project for the Municipality of Chacao in Caracas. Within the evident interest on the Community House of La Vega and with it as a model, we end up being awarded the design and construction of a similar method, a building with the same characteristics: the Vertical Gymnasium of the Barrio La Cruz. An open air sports court is occupied by a building of collective use with different facilities in each level and crowned by a sports court at the roof. The Urban Think Tank never had anything to do with this project, let alone Alfredo Brillembourg. 

The success of the Vertical Gymnasium in Chacao is evident by its acceptance by the community once completed in 2004 regardless of few interruptions during the construction. Similar projects are discussed in several occasions but these intentions never crystalize. The Municipality of Chacao, who commissioned the project, recommends the transfer of rights on the project - addressed to Architect Matias Pinto as its author- alleging their intention of establishing it as a prototype to be installed in other locations and Municipalities throughout the City. An agreement on this was not reached, no handover was ever executed.

Not long after the opening of the Vertical Gimnasium we issue a letter to the Municipality of Chacao were we clearly state the technical data of the project and the credits of the project team. In this written collaboration agreement we recognize Mr. Klumpner as co-author and collaborator in the team.  For Klumpner having responsibilities beyond our agreement was impossible because at that time he had no local architecture license has neither legal relation to the project.  Alfredo Brillembourg visits the site with Klumpner and is very well impressed…

Sometime later we learn that the Urban Think Tank registers the Vertical Gymnasium as a Trademark looking for a way to pledge ownership and reproduce as its own. A stellar project, they publish it over and over again as versions to be installed in different sites using images of the original. They devote all their energy to promote our built project as it were the initial prototype of a series of vertical gyms of their authorship. Publications such as Harvard Review, Dwell Magazine, amongst many more are prey of their tireless marketing and publish this lie. The cynicism is limitless, to the point where the images they sell for each version are made with images of the original without considerable modifications. We are excluded as authors and in the best of chances appear as collaborators. Moreover as if we were hired as local architects to comply with local requirements in association with an international architectural firm.

They even denounced us before the disciplinary court of the Architects Association in Venezuela, claiming that we had wrongfully published the credits of the project. We replied with a crushing dossier of proof that we had purposefully been collecting to denounce their actions.  The Architects Association deliberated and concluded that the credits are to be respected as reflected in the contract and as agreed on our original collaboration agreement. They indicate that regardless of the shared authorship between the three collaborators the legal responsibility and authorship belong to Architect Matias Pinto who signed the project. This has not stopped the Urban Think Tank from publishing and using the project. This has even become an obstacle for us to present and publish our project with the correct credentials.

Since the Urban Think Tank has no other project of interest to show is the Vertical Gymnasium, inappropriately claimed that under very suspicious actions secures them a spot at the Venice Biennial in 2006 as part of the exhibition Cities, Architecture and Society.

We invite everyone to review in detail the website of the Municipality of Chacao where the Vertical Gymnasium with the appropriate credits is referenced. And to then visit the website of the Urban Think Tank were inexplicably the Vertical Gymnasium in Chacao appears as one of their projects and Brillembourg as one of its authors. And almost all of the later versions which are basically digital simulations are ambiguous variables of the same project in places like Jordania, United States, Brasil, Netherlands or Venezuela. Some of them, like the one in Sao Paulo, have more similarity with the Community House of La Vega than with the Vertical Gymnasium in Chacao.

“Tell a lie a thousand times and it will be true”

The Urban Think Tank manages to return to Venice in 2008, 2010 and finally in 2012. More of the same but with recognitions already collected like the Gold HolcimAward for Latin America. Just looking at their website is enough to sense that winning the Golden Lion at the Venice Biennial would be at their reach after so many attempts. We tend to have bad memory for many of these things but if try hard we may find that some of the names of the curators or judges in some of the occasions can be tracked to seemingly favor  the Urban Think Tank’s sick practice.

The prize is truly the least important of all. That Lion is not of gold, it represents and insult to the reality of a country and miserable proceeding. It will very likely be defended by the organizers with arguments that we prefer not to discuss in depth, just because their nothing but the result of a banal and distant observation that avails a mediocre discourse. This deficit benefits the opportunistic that sell to the world the image of the missionary supported by recognized institutions and companies of the so called developed countries. And to Europe and the United States depict the brave explorer willing and able to represent our exotic reality.

It is a true shame that the project of Angela Bonadies (with whom I studied in Universidad Central) and Juan Jose Olavarria, would find itself buried by the wrongful actions of the Urban Think Tank. The work of the first ones is serious and meticulous; it portrays, denounces and invites provocation. Yet the later are wicked and probably identified in this work a new opportunity. What is unheard of is that again they take advantage of someone else’s work that has already been published, it been recognized and has its own life. The media reach of a prize like the one of the Venice Biennial leaves Bonadies and Olavarria in a very similar situation to ours. It cannot be described with words. Is absolute disconcert and indignation. And of course we do not envy the new recognition that the Urban Think Tank has received taking advantage of so many. It makes us sad, because all we have is our work and is hard to share it when you have to explain so much.

We want to finish by underlining the truly aggravating of this situation.  That in Venezuela nothing is done to recognize the extensive and intensive serious work developed by the true experts in shantytowns, those who were able to identify innovative outcome to long discussed problems while involving everyone and anyone that could make a contribution. Those who made visible the invisible of the informal settlements, those who for the first time made the shantytowns appear on the maps (and thoughts of all). Knowing from experience that the results of such projects would have to be refined over time, that there would be no shortcuts and for sure no heroes able to address it all. They had the intelligence and the ability to transfer their knowledge of decades to young professionals like us to even discuss and reevaluate their own ideas. They recognized that there was no better way to work than integrating professionals of diverse disciplines and backgrounds and treating the communities as true clients.

They supported the need of allowing the recognized and deciphered problem become an opportunity; from an absolutely nontraditional focus, different from the simple and traditional response of massive public housing constructions. They plead for a political decision that got burnt quickly. They believed in the long and hard path, but very likely that of a true solution.  And above all in silence, being shadowed, with integrity and humbleness.


Translation from:
Pintó Matías & Mateo, 2012. León de chOro, Weblog. La Torre de David, http://latorrededavid.blogspot.com/2012/09/leon-de-choro.html
September 13, 2012



Shared indignation

Abstracts and quotes of the National reaction from the professional community in Venezuela for the prize awarded to “Torre de David”

It is of my understanding the you (Alfredo Brillembourg) are one to the promoters of this exhibition. I am very sorry to hear you are involved in the discredit of Venezuela’s architecture and to contribute on the destruction of this great building (…) Bad predictions for you “Think Tank”. I regret the path you have taken in your profession guided by your desire to show off.” 
Jimmy Alcock

Alcock Jimmy, Carta de Jimmy Alcock a Alfredo Brillembourg y su "think-tank", La Torre de David, Weblog. September 13, 2012


With much reason the Biennial is being tagged as populist. It is said that they prize misery, which in our case - as Venezuelans - couldn’t be more accurate. But the most significant thing is that it has unveiled the hypocrisy that reigns in these spaces, the ignorance, and the frivolity.  But this is not new. News to me is at least to see it so clearly
Oscar Tenreiro

Tenreiro Oscar, El triunfo del cinismo, Weblog. September 1, 2012


The ArchitecturalAssociation of Venezuela firmly repudiates the frivolous and distortive behavior of those who have sought, by whatever means, the doubtful honor of being recognized in the “star system” of international awards. And declares that the crude manipulation of an invaded building and that of thousands of refugees does not account as a valid objective for our profession yet only serves to prove, nationally and internationally, the deep decomposition well, anarchy and lost values in which our country finds itself in present times.”
Colegio de Arquitectos de Venezuela

Junta Directiva Nacional del CAV (Colegio de Arquitectos de Venezuela), Declaración sobre La XIII Bienal de Arquitectura de Venecia, Website, September 7, 2012


"But there is more, the group of Think Tank Brillembourg-Klumpner and Justin McGuirk they is being accused in Venezuela of having used, for their presentation of the Project “Torre de David” at the Biennial, the documentation work developed by other professionals before. Specifically, the work of Angela Bonadies and Juan Jose Olavarria that have collected throughout several years photographic material to systematically document the case of the “Torre de David”. They even presented their work in New York and in Madrid in 2010, in Caracas and Dubai in 2011 as stated in the long interview published last year in April on the Venezuelan newspaper “El Nacional”.
Enrico Tantucci

Tantucci Enrico, La Torre de David indigna a Venezuela y compromete a la bienal, Di Venezia e Mestre La Nuova, September 8, 2012


The architects that put forward the “Torre de David” in Venice acted as publicist. They saw an extraordinary opportunity to claim international recognition and acted deliberately and with the opportunism of those who manipulate advertisement; because the “Torre de David” is an architectural phenomenon, urban and human as excessive as the resources that made it possible. In it one could find all that we are short off and all that we have in excess, our neglect and false promises, our blindness and stupidity, the despair and imagination of the weakest.
In the presentation of these architects there is no evident intent or interest in any social interest, architectonic or moral. It is only about the use of an image and certain circumstances. If opportunity is bold, this one has its brains exposed…
Federico Vegas

Vegas Federico, Venezuela en Venecia, Prodavinci, Weblog, September 10, 2012


We used the colloquial name of the tower to title the blog and a research Project that we have been developing for the last three years with a very different approach to that stated by the Urban Think Tank. We center in the visualization and discussion around a subject that we consider it cannot be limited to mere formalities or to an exotic discourse about popular creative, or more appropriately poverty in which is present a repetition of vertical schemes of power and submissiveness. And the ethical distance discussed by Serge Daney: if we cannot do something to improve the situation of people we should focus on the problem so it becomes visible and discussed”.
Ángela Bonadies & Juan José Olavarría

Bonadies Angela & Olavarría Juan José, Estimados lectores:, La Torre de David, Weblog, August 30, 2012

jueves, 13 de septiembre de 2012

LEÓN DE chORO

por Matías Pintó D’Lacoste y Mateo Pintó D’Lacoste
Arquitectos  


No vamos a escribir repitiendo lo que ya se ha dicho en numerosos artículos, blogs y cartas, en relación al premio recientemente otorgado en la Bienal de Venecia al Caracas Urban Think Tank. Ni siquiera llamaremos polémico el trabajo presentado, pues sería como otorgar seriedad y nivel a una mirada superficial, simplista y sensacionalista. Ese premio es un mal chiste.

Y si bien es cierto que mientras más se escriba sobre el asunto, sus protagonistas se froten las manos excitados por tanta popularidad momentánea, confiamos en que la cantidad de voces que ahora les señalan acaben por dejarlos en evidencia (internacional, como tanto les gusta). Se defenderán diciendo que han activado el debate. Pero queremos poner en ese mismo debate, lo que muchos no acaban de decir.

Ante los ojos de todos y de manera constante este grupo viene “choreando” el trabajo serio de otros para empaquetarlo como propio, “invadiendo” espacios e ideas conseguidos con esmero para instalarse violentamente, atropellando gente talentosa y noble, tomando atajos para no tener que hacer el trabajo verdadero y vendiendo humo. Una fórmula malvada mediante la cual han conseguido hábilmente un lugar en la escena global, que lamentablemente compra humo, bien por maldad equivalente o estupidez galopante.

Resumiremos brevemente una historia propia que no cabe en tan pocas líneas y nos desgasta personalmente; en defensa de muchos que igualmente se han visto afectados y con el simple propósito de arrojar luces sobre lo que hay tras bambalinas. Hacer justicia.

En el año 2001 se reconocía en la X Bienal de Arquitectura de Caracas el proyecto de la Casa Comunal de La Vega como Obra Arquitectónica Cultural-Social, tras unos años en los que trabajamos junto a Federico Villanueva, Josefina Baldó y el fantástico grupo de AmHabitat. Nos habíamos iniciado como “barriólogos”. No trabajamos para recibir premios y estábamos encantados con el singular resultado de un trabajo bien hecho tras mucho esfuerzo y junto a la propia comunidad organizada como cliente. Amigos y colegas nos apoyaron. Ese edificio dejó su impronta como tipología y como actitud frente a problemas similares, partiendo de una observación atenta a lo que sucedía en edificaciones improvisadas o informales para uso colectivo (en Petare o La Florida por ejemplo) que multiplicaban en altura el poco espacio disponible; de las cuales aprendimos.

En esa etapa se definieron y exploraron soluciones arquitectónicas novedosas, aprovechando el conocimiento de los más experimentados “barriólogos”. Proyectos de conectores peatonales, viviendas en pendiente o edificios integrados a las futuras calles cuyo espíritu era el de convertirse en “sistemas” apropiados y adaptables a cualquier intervención urbana de la llamada “habilitación física de barrios”. Quedaba además la esperanza de que esos “sistemas” pudieran replicarse y optimizarse, incluso a manos de otros. Se trataba de compartir soluciones con otros para enfrentar problemas tan complejos. Trabajo verdadero y difícil al servicio de una noble causa. Arquitectos, ingenieros, trabajadores sociales, economistas o técnicos sumados a en ese esfuerzo.

Pasada la época de efervescencia del CONAVI aquellos proyectos quedaron a medio camino. Las fundaciones y estructuras de unas viviendas que construíamos en el Sector El Petróleo de La Vega lo atestiguan; acabaron siendo invadidas ante su indefensión institucional. La paradoja de la decisión política que permite el abandono y la destrucción de aquello que va por buen camino. Unos 150 proyectos en medio de aquella enorme explosión de concursos a escala nacional quedaron congelados. Para los que representamos el esfuerzo primero, significó sobre todo la imposibilidad de comprobar en al menos “un caso completo” la validez de lo proyectado con esmero. Al menos “una” comunidad, “un” barrio, que recompuesto animara en forma viral a mas comunidades a organizarse y apostar por un cambio similar. Pasada ya más de una década de aquella tarea no consumada, solo pensamos en lo que ya hubiera podido haberse hecho una vez definido el camino, con tanta gente capaz, en tanto tiempo y con el dinero que mana de nuestro suelo. Buena parte de esos proyectos, por una invitación del curador Gerardo Mosquera a Carolina Tinoco (por quién conocimos AmHabitat) se presentaron en la exposición Ciudad Experimental auspiciada por el CONAVI,  en la Séptima Bienal de La Habana del año 2000. Desmantelado el CONAVI aquella exposición acabó sin mostrase en Venezuela ni en mas lugares fuera del país. Justo en un momento en el que incluso afloraban en Latinoamérica experiencias análogas, que ahora han tomado la delantera.

Por otra parte Hubert Klumpner, apenas llegado a Venezuela, cercano a amigos arquitectos e interesado en el trabajo que veníamos desarrollando en barrios marginales, nos propone hacer un proyecto conjunto para la Alcaldía de Chacao. En medio del natural interés por la Casa Comunal como modelo, acabamos ganando el encargo de hacer una operación de similares características: el Gimnasio Vertical Chacao en el Barrio La Cruz. Una cancha que es ocupada por un edificio para uso colectivo, desarrollando usos en distintos niveles y coronado por una cancha como cubierta. El Caracas Think Tank nunca tuvo que ver en el proyecto. Mucho menos Alfredo Brillembourg.

Entre los políticamente movidos años 2001 y 2002, los curadores Ruth Auerbach y William Niño ponían en el tapete nuevamente a Caracas a través de dos singulares exposiciones: Utópolis en la GAN y Caracas Contingencia: Laboratorio de Ciudad, en la Sala Mendoza. En la segunda, junto a una selección de arquitectos emergentes, ocupamos las paredes con nuestros proyectos principales desarrollados para Amhabitat, el CONAVI o el INAVI; incluida la Casa Comunal de La Vega. También el Gimnasio Vertical Chacao, todavía inacabado y único realizado por nosotros con la colaboración de Klumpner.

El propio Think Tank hacía su debut en un espacio aparte y a diferencia del resto de participantes, no presentaba un proyecto urbano o arquitectónico real y concreto. Aprovechaban la ocasión. Invitados en último momento, llegaron a sugerir que se cambiara el título de la exposición a “Caracas Think Tank”. Todavía pueden escucharse las risas de William y Ruth, por sobre los demás que estábamos riendo igualmente perplejos. Hoy se demuestra que no se trataba de una simple provocación, era ejemplo de una estrategia, de su preocupación por “estar” (que no es lo mismo que “ser”).

Un proyecto en Petare corría con mejor suerte que los del CONAVI, pues se gestionaba desde Fundacomún y tenía apoyo del Banco Mundial, representado en una visita a Caracas por Ephim Shluger. Defendiendo ese proyecto ante Fundacomun Carolina Tinoco invita a Shluger a La Vega, para en una visita relámpago, demostrar que aquellos proyectos suspendidos tenían sustancia y debían ser rescatados. Años después nos enteramos que Klumpner, trabajando en nuestra oficina y viendo que nos resulta imposible asistir, se apersona en el lugar y logra captar la atención de Shluger, hablando en alemán para conseguir empatía y privacidad. Suponemos ahora que le bastaba usarnos como aval para fines propios, excluyendo toda referencia a la historia de ese proyecto y sus responsables (que tampoco la conocía mucho).

Poco después el Think Tank lograba financiamiento rondando el medio millón de dólares del Kulturstiftung des Bundes (Fundación Cultural de Alemania) para un proyecto llamado Caracas Case: Cultura Urbana Informal. Fondos cuantiosos que se usaron para hacer un programa invitando a profesionales extranjeros a Caracas durante seis meses, un simposio internacional en la UCV, una exposición y una publicación; previamente incluso les permitió cofinanciar la IMPORT/EXPORT: Latin American Urbanities International Conference en Harvard, donde tenían buenos contactos que les dejaron montar el asunto aportando algo de dinero. Sabemos que hay quien consigue “estar” dedicando todos sus recursos para ese fin.

Contratados por el Think Tank para formar parte de la dirección del proyecto Caracas Case y viendo la oportunidad que se presentaba de combinar personas y esfuerzos en relación a nuestra experiencia como arquitectos, aceptamos además la responsabilidad específica de llevar a buen puerto lo relativo a las publicaciones y la exposición final, en la Sala Mendoza. Apenas iniciado el proyecto, se hace notoria la intención de la dirección del Think Tank por hacer del proyecto un trampolín y no un aporte a la ciudad. El equipo interno, especialmente dedicado, se revela constantemente contrariado ante la falta de ética y profundidad de objetivos e intereses. Especialmente porque rápidamente se produce una enorme red de relaciones e intercambios con instituciones, grupos y personas en Venezuela que acaban aportando al proyecto sin recibir apenas algo a cambio. El Caracas Think Tank aprovecha toda plataforma posible y más allá del debate, obtiene visibilidad y acumula material para luego etiquetarlo a su conveniencia.

No pocas veces pensamos en abandonar el proyecto por la abismal diferencia de enfoque, pero los compromisos adquiridos con tantos participantes y la esperanza de enderezar aquello en beneficio del propio trabajo nos mantuvieron dispuestos a seguir. Hubo entusiasmo por el proyecto y generó mucho ruido, pero el saldo final era de esperarse. Casi un año de trabajo y resultados apenas visibles editados en un libro que finalmente necesita de grandes nombres que justifiquen el esfuerzo y el dinero; pero que está hecho principalmente para vender al Think Tank como marca. Acabado el proyecto, muchos colaboradores se sienten excluidos o usados. Hay quién pasa años buscando financiamiento para un buen libro y el Think Tank tenía el problema contrario, no tenían un buen libro con dinero en mano; lo que se editó finalmente es una reconstrucción artificial.

Entretanto el éxito del Gimnasio Vertical Chacao se hace evidente en la comunidad, una vez acabado tras varias interrupciones en el año 2004; se habla sobre proyectos similares en al menos cuatro ocasiones documentadas que no se llevaron a cabo finalmente. La alcaldía propone la cesión de derechos sobre el proyecto –dirigidos al Arquitecto Matías Pintó en calidad de autor –alegando su intención de establecerlo como prototipo a instalarse en otras alcaldías y gobernaciones interesadas. Nunca hubo un acuerdo.

Poco tiempo después de inaugurado el gimnasio es entregada a la alcaldía una carta en la que presentamos una ficha técnica con los créditos del equipo de proyecto. Reconocemos a Klumpner como co-autor; pues siendo extranjero y colaborador nuestro no guardaba ninguna relación legal sobre el proyecto. Alfredo Brillembourg visita la obra con Klumpner y queda impresionado. La ruptura con el Think Tank fue lo siguiente. Nos invitaban a asociarnos y era una trampa para anexionarse territorios.

Recordamos una de nuestras últimas discusiones en la que Brillembourg decía que el mundo actual implicaba sumar esfuerzos y vender una marca, unas ideas, que los autores no tenían importancia. A lo que nosotros contestamos que lo tenía muy claro, pues para el Think Tank eso significa sumar esfuerzos, pero de los demás. Ideas de los demás, bajo una marca que tiene directores, con nombre y apellido. A cambio te regalan camisetas con el logo. No tenemos nada en contra de quien se presenta a través de una marca, pero damos importancia a lo que hay detrás, a las personas e ideas que sustentan esa imagen exterior. Y el mundo actual se alimenta demasiado de productos y marcas sin contenido; de oportunistas que muchas veces copian y pegan contenidos interesantes como si fuesen cazadores de tendencias, pues olfatean que el producto garantizará una venta exitosa. 

Más adelante nos enterábamos que el Caracas Urban Think Tank registra el Gimnasio Vertical como Trademark buscando una vía para reproducirlo como proyecto propio. Un producto estrella. Publica constantemente (en Dwell Magazine, Harvard Review y muchísimas más) versiones del proyecto a ser instaladas en otros sitios usando imágenes del original y se dedica a promover esa obra construida, como si fuera el prototipo inicial de una serie de gimnasios de su autoría. El cinismo es tal que las imágenes que venden cada nueva versión, incluido el de Baruta, se construyen en muchos casos con fotos del original, sin mayores modificaciones. Nosotros somos excluidos como autores y en el mejor de los casos aparecemos como colaboradores. De hecho como si fuésemos arquitectos contratados por necesidad y motivos contractuales en asociación a uno extranjero. No era el caso, Hubert Klumpner hubiese podido entonces hacer el proyecto con Alfredo Brillembourg sin mayor complicación.

Han tenido además el descaro de denunciarnos ante el tribunal disciplinario del Colegio de Arquitectos de Venezuela, alegando que publicamos créditos incorrectos sobre el proyecto. Respondimos con un expediente bastante contundente de pruebas que justo veníamos acumulando para denunciar su proceder. El CAV finalmente responde que deben respetarse los créditos referentes al propio contrato y a nuestro acuerdo de colaboración. Señalando que a pesar de la autoría a tres manos, la responsabilidad legal del proyecto y la autoridad sobre el mismo recaen sobre el firmante, arquitecto Matías Pintó. Y esa responsabilidad significó para nosotros el dirigir y coordinar el proyecto en todas sus etapas, incluyendo la propia ejecución y supervisión de obra.

Pero eso no ha impedido que sigan haciendo uso del proyecto. Y de hecho han obstaculizado nuestra publicación o presentación del proyecto con los créditos reales, que son distintos a sus intereses. Desde una exposición en el Instituto Valenciano de Arte Moderno IVAM en la que no pudimos participar hasta la reciente publicación de un Atlas de Arquitectura de Latinoamerica del BBVA, elaborado por el propio Fernandez-Galiano y su equipo de Arquitectura Viva, a quienes fueron capaces de presionar para que cambiase créditos y textos a su antojo.

Es el gimnasio vertical, apropiado indebidamente (pues no tienen más que mostrar) el que les lleva a la Bienal de Venecia en el 2006, en la exposición Cities, Architecture and Society; en una dudosísima operación. En el catálogo aparecen junto al gimnasio, imágenes de módulos de la Misión Barrio Adentro. Pero es que además el pabellón venezolano incluye textos y fotos de barriadas caraqueñas para ilustrar las “Misiones” (pues tampoco tenían nada más que mostrar) en paneles compartidos con imágenes del Gimnasio Vertical Chacao y uno en proceso en Baruta.

Invitamos a revisar con detalle la propia página de la Alcaldía de Chacao donde se referencia el Gimnasio Vertical y sus créditos. Pero sobre todo a revisar la página del Caracas Urban Think Tank. Verán que aparece inexplicablemente Brillembourg en los créditos del Gimnasio Vertical Chacao. Y que todas las versiones posteriores, básicamente simulaciones digitales excepto un caso en Baruta, son variantes ambiguas del mismo proyecto en lugares como Jordania, Estados Unidos, Brasil, Holanda o Venezuela. Alguno incluso, como el proyectado para Sao Paulo, se parece más a la Casa Comunal de La Vega que al propio Gimnasio Vertical. 

Vuelven a Venecia en 2008, 2010 y finalmente en 2012. Más de lo mismo pero han conseguido ya reconocimientos por el camino, como el 2011 Gold Holcim award for Latin America. Ver la página web del Caracas Think Tank, basta para intuir que ganar el León de Oro en la Bienal de Venecia podía estar a su alcance después de tantas veces. Tenemos poca memoria para estas cosas, pero igual algún nombre de los jurados o curadores en cada caso “nos suenan”. Basta revisar un poco para encontrar coincidencias.

Producto de tal acumulación de “trabajo” han sido publicados hasta la saciedad y han participado en conferencias y exposiciones diversas; una incluida el mismísimo MoMA de Nueva York en la que presentaban el proyecto Metrocable (aderezado con imágenes de gimnasio vertical), que a juzgar por la inexistente habilitación de barrios parece pensado para una Caracas imaginaria, pues no evidencia comprensión de la dimensión actual del problema. En cambio es una obra muy visible y claro está, interesa especialmente a quienes la han llevado a cabo por su alcance mediático.

El premio no importa para nada. Ese Léon no es de oro, representa un insulto ante la realidad del país y un proceder miserable. Será defendido por los organizadores con argumentos que preferimos no discutir en profundidad, pues forman parte de la banal y distante mirada, que avala un discurso mediocre. Esa deficiencia solo beneficia a oportunistas, que muestran hacia el mundo en desarrollo la cara de misionero apoyado por reconocidas instituciones y empresas del primer mundo. Y hacia Europa o Estados Unidos, la cara de expedicionario valiente capaz de retratar nuestra exótica realidad.

Es una lástima que el proyecto de Ángela Bonadies (con quién estudié en la UCV) y Juan José Olavarría, se vea sepultado por la acción del Caracas Urban Think Tank. El trabajo de los primeros es serio y meticuloso. Retrata, denuncia, invita. Pero los segundos son unos “listos” y habrán fácilmente identificado en ese trabajo una nueva oportunidad. Lo insólito es que de nuevo se aprovechen de un trabajo ajeno que ya ha sido publicado, es conocido y tiene vida propia. El alcance mediático de un premio como el de Venecia, deja a Bonadies y Olavarría en una situación similar a la nuestra. No puede describirse con palabras. Es puro desconcierto e indignación. Y por supuesto no envidiamos el nuevo reconocimiento que ha recibido el Think Tank aprovechándose de tantos. Nos produce simplemente tristeza, pues solo tenemos nuestro trabajo y se hace difícil contarlo cuando tienes que dar explicaciones.

Y terminamos subrayando lo realmente grave. Que en Venezuela no se llenen titulares ni se reconozca, el enorme, intenso y serio trabajo desarrollado por aquellos “barriólogos” originarios, que fueron capaces de encontrar salidas novedosas a grandes problemas involucrando a todo el que pudiera aportar algo. Que hicieron aparecer los barrios marginales por primera vez en los mapas (y pensamientos de todos). Sabiendo por experiencia que los resultados de tales proyectos deberían afinarse poco a poco, que no habría atajos y menos aún héroes capaces de dominarlo todo. Tuvieron la inteligencia de transmitir a jóvenes como nosotros sus conocimientos acumulados durante décadas, para incluso poner en duda o recomponer sus propias ideas. Señalaron que no había mejor manera de trabajar que integrando a buenos profesionales de diversas disciplinas y tratando a las comunidades como verdaderos clientes.

Defendieron la necesidad de hacer del supuesto problema, reconocido y descifrado, una oportunidad; desde un enfoque absolutamente distinto al marcado por la simple y típica construcción masiva de vivienda pública. Abogaban por una decisión política que se quemó rápidamente. Apostaban por el camino más difícil y largo, pero muy probablemente una solución verdadera. Y además en silencio, en la sombra, con integridad y humildad.